Luka Doncic está dejando su marca de manera monumental en la NBA. En sus últimos 15 partidos, el talentoso jugador de los
Dallas Mavericks ha dejado claro que este año está de verdad en la conversación para ser el
MVP de la NBA, más allá de que al final se lo puedan acabar llevando Shai-Gilgeous-Alexander o Nikola Jokic.
Los números hablan por sí solos: Doncic ha promediado asombrosos 36.7 puntos, 10 rebotes y 10.5 asistencias por juego durante este período. Pero lo que realmente impresiona es la eficiencia con la que lo ha logrado: un impresionante 52% de tiros de campo, un destacado 40% desde el rango de tres puntos y un sólido 79% desde la línea de tiros libres.
Estas estadísticas no solo son impresionantes por sí solas, sino que también sitúan a Doncic en una categoría exclusiva y selecta. De hecho, es el primer jugador en promediar más de 36 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias en una seguidilla de quince partidos en los últimos 63 años. Para encontrar un logro similar, tenemos que retroceder hasta 1961, cuando el legendario
Oscar Robertson realizó una hazaña similar.
Este logro de Doncic no solo resalta su habilidad excepcional en la cancha, sino que también destaca su capacidad para llevar su juego a un nivel superior cuando más cuenta. Su dominio tanto en la anotación como en la creación de juego lo convierte en un jugador verdaderamente completo, capaz de impactar en todos los aspectos del juego y de liderar a su equipo hacia la victoria noche tras noche.