En una noticia impactante para la NBA,
Tristan Thompson ha sido sancionado con 25 partidos por violar las estrictas normas anti-dopaje de la liga. La sanción se impuso después de que se confirmara el consumo de ibutamoren y SARM LGD-4033, secretores de la hormona del crecimiento, por parte del jugador.
Aunque Thompson no estaba teniendo un papel destacado con los
Cleveland Cavaliers, con un promedio modesto de 3.8 puntos y 3.9 rebotes por partido en un tiempo de juego de aproximadamente 12 minutos, esta noticia mancha significativamente la imagen del jugador. La sanción de 25 partidos no solo lo mantendrá fuera de la cancha durante un período sustancial, sino que también plantea interrogantes sobre su ética profesional y compromiso con el juego limpio.
La noticia llega en un momento crucial para los Cavaliers, quienes enfrentan desafíos en la temporada. La ausencia de Thompson, aunque no sea tan notoria, dejará un vacío en la rotación del equipo, a pesar de sus números modestos esta temporada.
Además del golpe para Thompson, la sanción también afecta la percepción de los Cavaliers como equipo. La imagen manchada del jugador no solo refleja negativamente en él, sino que también deja a los Cavaliers en una posición incómoda en términos de reputación y liderazgo en el vestuario.