La lesión de
Joel Embiid ha condenado a los
Philadelphia 76ers. Algo que se podía prever, ya que el pívot estaba promediando 35'3 puntos, 11'3 rebotes, 5'7 asistencias y 1'8 tapones, siendo uno de los principales favoritos para revalidar su propio título de MVP de la NBA. Cuando se lesionó, el equipo tenía un balance de 29-13. Desde entonces, 10 victorias y 19 derrotas los colocan en el octavo puesto de la Conferencia Este. Le sacan 5 partidos a los Chicago Bulls, por lo que deberían mantener su plaza y tener dos oportunidades en el Play-In Tournament.
La Conferencia Este es muy competitiva este año, lo que significa que los Sixers podrían subir -o bajar- en las próximas semanas antes de que empiecen los playoffs. Por supuesto, si caen entre los cabezas de serie 7 y 10, se verán obligados a enfrentarse a otros equipos para superar el Play-In Tournament.
Si ganan esos partidos, pueden asegurarse el séptimo u octavo puesto, lo que significaría que tendrían que enfrentarse a los Boston Celtics o Milwaukee Bucks o Cleveland Cavaliers en la primera ronda de la postemporada. Eso les daría un rival muy duro.
La gran pregunta es si Embiid estará de vuelta antes de que empiecen los playoffs. Si regresa y vuelve a ser el de siempre, podría ayudar a los Sixers a superar a sus rivales y llegar a los playoffs. Pero si no vuelve, o su periodo de readaptación se alarga, el equipo podría estar en serios problemas.
Cuando comenzó la temporada y los 76ers empezaron su primer año sin
James Harden, la sabiduría convencional decía que tendrían que llegar lejos en los playoffs para que esta temporada se considerara un éxito. Obviamente, no planearon que Embiid se lesionara, pero ahora hay una creciente posibilidad de que su equipo se pierda su único y singular objetivo: los playoffs.